El sábado 15 de septiembre, compañeros de La Cámpora de la Comuna 13 realizaron una charla debate sobre revisionismo nacional, popular y federalista en la Plaza Balcarce (Cabildo y Jaramillo), donde participaron militantes y vecinos de Núñez, Colegiales, Belgrano y de barrios de la Comuna 12, incluido el comunero del Frente para la Victoria Pablo Ortiz Maldonado.
Juan “Tati” Bruno, responsable de La Cámpora Núñez, dio inicio a la charla recordando que la misma forma parte de un ciclo que se realiza mensualmente en el barrio. “Hay que tener fuerte presencia militante en el territorio, hablar y escuchar a los vecinos, por eso es importante conocer y difundir la historia que nos quisieron ocultar”, sostuvo Tati.
A continuación expuso Juan Ignacio Pocorobba, militante de Núñez y profesor de Historia, quien hizo un repaso sobre el recorrido realizado por los distintos revisionismos y recordó que la historiografía nacional y popular, por un lado, y la liberal, por otro, expresan dos visiones de Argentina. “La historia oficial, la liberal, fue parte de un plan de adoctrinamiento que se impuso en diversos ámbitos luego de las batallas de Pavón y Caseros en el siglo XIX, donde se distorsionaron y ocultaron hechos claves de nuestra historia”, sostuvo.
Paradójicamente, el origen del revisionismo histórico nace de las propias entrañas del liberalismo, cuyo precursor fue el abogado e historiador mitrista Adolfo Saldías, quien a partir de la lectura de documentos sobre Juan Manuel de Rosas y la historia de la Confederación Argentina (1835-1852) comienza a rescatar la figura del Restaurador, a fines del siglo XIX. Las represalias no se hicieron esperar y sus trabajos fueron silenciados por la prensa y la intelectualidad, afirmó Pocorobba.
En la década de 1930, nace el primer revisionismo, con un claro sesgo hispanista y católico, “que levanta la figura de Rosas y del federalismo, pero reniega del pueblo”, según lo definió el compañero. Esta corriente, representada por los hermanos Irazusta, es de tinte reaccionario, se plantea como un nacionalismo de élites y sin pueblo. La segunda corriente revisionista comienza también en la década del 30, de la mano de FORJA y grupos nacionalistas referenciados en el historiador José María Rosas; este grupo confluye en 1945 con el peronismo y se caracteriza por ser un nacionalismo popular, hecho que lo separa claramente del revisionismo hispanista y católico.
Pocorobba sostuvo que Juan Domingo Perón no instaló durante sus primeros gobiernos al revisionismo como política de Estado porque consideraba que debía ser un proceso gradual ya que se arrastraban 100 años de adoctrinamiento liberal. Sin embargo, sí lo hizo a través de realzar la figura de José de San Martín y demostrar la empatía que el Libertador había establecido con Rosas, a quien le había legado su sable.
Tras el derrocamiento del gobierno democrático de Perón en 1955, la revolución fusiladora caracterizó al peronismo como “la segunda tiranía”, equiparándolo al período de la confederación rosista, de manera que el vínculo entre San Martín, Rosas y Perón comienza a afianzarse “por la negativa”. Sin embargo, al estar prohibidos los símbolos peronistas muchas personas colgaban el retrato de Rosas como señal de apoyo al peronismo durante la resistencia.
La tercera corriente del revisionismo es de origen marxista tanto en su variante troskysta –representada por Jorge Abelardo Ramos- como del partido comunista –Rodolfo Puiggros-, quienes tienden puentes entre nacionalismo y marxismo, sumándose al peronismo y conformando la izquierda nacional, diferenciándose de la izquierda antiperonista.
La tercera corriente del revisionismo es de origen marxista tanto en su variante troskysta –representada por Jorge Abelardo Ramos- como del partido comunista –Rodolfo Puiggros-, quienes tienden puentes entre nacionalismo y marxismo, sumándose al peronismo y conformando la izquierda nacional, diferenciándose de la izquierda antiperonista.
El compañero destacó que en la actualidad, bajo el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner se profundizó el rescate del revisionismo que había iniciado Néstor Kirchner desde 2003, al conformar el Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego. De esta manera se da el primer intento de institucionalización de la corriente nacional, popular y federalista, que cuenta con el aporte no sólo de historiadores de carrera sino también de todas aquellas personas que quieran hacer historia desde el campo popular, con gran amplitud ideológica.
Los militantes de La Cámpora Comuna 13 participaron activamente de la charla debate. “Se trata de sacar la historia a la calle, a las plazas, para acercarla al pueblo y que él mismo pueda comprender que la historia es parte de una lucha política que atraviesa los 200 años de historia argentina”, sostuvo Pocorobba.
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