El sol rajaba la tierra en las inmediaciones de la Plaza de los Dos Congresos y la Plaza de Mayo y las miles de personas que se habían congregado le sumaban al calor la emoción de estar viviendo un momento histórico: la reasunción de Cristina Fernández de Kirchner en la Presidencia de la Nación ante la Asamblea Legislativa el pasado sábado 10 de diciembre, dando inicio al tercer mandato consecutivo de este “proyecto nacional, popular y democrático”, tal como lo definió la primera mandataria.
En su discurso frente a los legisladores, la Presidenta enumeró los logros de la gestión iniciada por Néstor Kirchner el 25 de mayo de 2003, un gobierno que había asumido con más desocupados que votos y que el último 23 de octubre logró el masivo apoyo popular de más del 54% de los electores. Cristina reafirmó que es “la presidenta de los 40 millones de argentinos” y no de las corporaciones, mientras repasaba con minuciosidad los hechos de la gestión: la continuidad de la política de derechos humanos con justicia, el crecimiento económico de 8 años y medio de gestión con inclusión social, la distribución del ingreso, la educación y la ciencia como pilares de la Argentina del desarrollo, la integración regional en América Latina, entre otros tópicos.
“La distribución de la palabra, a través de la Ley de Servicios de Medios Audiovisuales, fue construida colectivamente con coraje, con valentía, con el acompañamiento de grandes sectores de nuestra sociedad y también de otras fuerzas de este Parlamento que no son oficialistas y a las cuales agradezco que hayan acompañado este instrumento formidable que permite distribuir la palabra y dar pluralidad a las voces para que no sean las voces monocordes”, sostuvo la Presidenta en el recinto, quien también agradeció “a todos los argentinos que creyeron en nosotros” y a los “compañeros y compañeras, a los que resistieron a pie firme en la calle y sentados en estas bancas los momentos más difíciles que nos tocaron vivir como gobierno y como movimiento político”.
El recuerdo de Néstor estuvo presente en las palabras de Cristina, tanto en el Congreso de la Nación como en el acto en la Plaza de Mayo, donde se llevaron a cabo recitales de artistas para festejar el Día de la Democracia y los Derechos Humanos. “Yo estoy segura, él vive en cada uno de los jóvenes, de los trabajadores, de las mujeres, de los docentes, de los estudiantes, de los científicos que han vuelto a creer que la construcción social en la Argentina es posible”, afirmó luego de entonar el Himno Nacional Argentino interpretado por Charly García en la Plaza de Mayo frente a miles de personas.
En la multitud de organizaciones políticas, sociales y familias que se dieron cita el sábado se destacó la presencia de las columnas de La Cámpora. Con alegría, con lealtad y con la fuerza de las convicciones, miles y miles de jóvenes recorrieron el trayecto que une la Plaza de los Dos Congresos y la Plaza de Mayo, orgullosos de pertenecer a un movimiento político que siempre ha estado del lado de los intereses del Pueblo.
En la multitud de organizaciones políticas, sociales y familias que se dieron cita el sábado se destacó la presencia de las columnas de La Cámpora. Con alegría, con lealtad y con la fuerza de las convicciones, miles y miles de jóvenes recorrieron el trayecto que une la Plaza de los Dos Congresos y la Plaza de Mayo, orgullosos de pertenecer a un movimiento político que siempre ha estado del lado de los intereses del Pueblo.
Una vez más la juventud, entre los que se cuentan los militantes de La Cámpora Núñez, demostró haber recuperado la política como herramienta imprescindible para seguir transformando a la Argentina en un país más justo, libre y equitativo.
“Quiero agradecerles a todos los jóvenes de todas las agrupaciones y movimientos sociales de la patria, que han sido la verdadera vanguardia de este Gobierno en sus momentos más difíciles”, sostuvo Cristina en el escenario montado delante de la Casa Rosada, donde nuevamente hay un gobierno popular que garantiza la justicia social. Así terminaba una jornada vibrante. No hay agua que apague el fuego de las convicciones que Néstor y Cristina nos legaron.
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